Debido a que como sabéis estuve enfermo, esta crónica debo agradecérsela a Salva "El Niño del Aceite", por ahorrarme el trabajo de tener que ir preguntando por ahí y por su esmero y atención. Por todo esto y porque ya, desde el pasado día 3 de marzo, es Peluquero de pleno derecho, muchas gracias compañero.
A las 8:30 nos reunimos en el lugar de siempre, Alejandro, Koko, José Azuaga, Manolo (Kaki), Paco y un servidor (Salva). O sea, cinco peluqueros y yo. Tras algunos dimes y diretes salimos dirección Coín y cuando buscábamos Campanillas nos salió al paso David. Los primeros kms, ya sabes, cháchara va, cháchara viene y a ritmito bueno hasta Coín, donde empezó la carretera a picar un poco. Tras atravesar el pueblo, buscamos la carretera que va hacia Marbella y que ya se empina considerablemente, tanto que ya se acabó el charloteo y empezó a fragmentarse el grupo. Sobretodo yo que, siguiendo mi linea, en cuanto la carretera se pone algo durilla meto el ritmito que soy capaz de llevar y me voy poco a poco separando de los demás. Aunque en ningún momento me quedé solo. A David y a Kaki les voy a poner un monumento a la paciencia que demuestran conmigo ya que en todo momento, si no era uno, era otro, colaboraban para que volviera a enganchar con el grupo. Llegados al cruce donde empieza la ascensión hacia el refugio, cada uno puso el ritmo que pudo y hasta arriba. Comentar que el sitio es precioso y que sólo por el paisaje y el aire que se respira allí arriba, merece la pena el madrugón que se pega uno y el sufrir a cada pedalada hasta llegar a lo alto. Arriba, un momento para una fotito, una barrita, abrigarse y para abajo, rapidito pero con precaución que el asfalto estaba algo mojado. La vuelta, rapidita, casi todo el tiempo a plato. Al final un día de ciclismo estupendo y con una meteorología que acompañó durante toda la jornada. Salvador "El Niño del Aceite"
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